martes, 2 de diciembre de 2014

Hacia la sostenibilidad y desarrollo de Colombia

Ambientalistas colombianos provenientes de distintas organizaciones y sectores económicos del país vienen adelantando una estrategia ambiental para el plan nacional de desarrollo PND 2015-2018. Aquí los profesionales de las ciencias naturales y económicas realizan un análisis etnometodológico y territrial de las condiciones actuales del medio ambiente.



El Plan de Desarrollo 2015-2018 (PND) se adelantará en un territorio que ha sido asolado por el conflicto armado, el narcotráfico, la pobreza rural, la urbanización acelerada y el desplazamiento forzado de millones de personas. Estos y otros procesos socioeconómicos han influido en el estado físico del conjunto de recursos naturales que sostienen las actividades nacionales y que se caracteriza en los informes que acerca del Estado del Ambiente producen anualmente el IDEAM y la Contraloría General de la República. Sus características, su dinámica y relación con los procesos productivos debe considerarse al definir las actividades del PND.

Los aspectos más relevantes están relacionados con: La degradación de las cuencas andinas y la contaminación y sedimentación intensa de las aguas de la cuenca Magdalena-Cauca; la deforestación del piedemonte amazónico y del Chocó biogeográfico; la intensificación de la actividad minera; el sellamiento de los suelos agrícolas para desarrollos urbanos en la Sabana de Bogotá, el Valle del Cauca, Antioquia y zona cafetera; la contaminación del aire en las ciudades principales; el manejo deficiente de residuos sólidos en todo el territorio; la erosión de las laderas en las cordilleras oriental y central y los procesos de desertificación que, unidos al cambio climático, ponen en peligro varios servicios ecosistémicos (SE) que aportan a la producción y a la calidad de vida de los colombianos. Los SE están relacionados en lo local y regional con la disponibilidad de agua para el consumo humano, la producción agropecuaria y la minería; la protección y recuperación de los suelos como espacios vivos para la producción agropecuaria; la mejora en la calidad del aire; la estabilidad de taludes y regulación de crecientes para la protección de la infraestructura, los espacios urbanos y las inundaciones y; conservación y recuperación de paisajes y lugares escénicos para el eco y el agro turismo, la educación, el desarrollo espiritual y la recreación. En términos globales los bosques aportan un importante SE a la regulación del clima global.

El PND considerará (o debe considerar) el territorio físico como un conjunto de ecosistemas que provee SE y que deben ser protegidos y gestionados por el Estado y por los ciudadanos, especialmente por los propietarios, poseedores, arrendatarios o usuarios de los predios, quienes tienen la responsabilidad de que las partes que están bajo su control cumplan sus funciones sociales y ecológicas, según ordena la Constitución. Desde el nivel nacional hasta el local, las entidades públicas, las empresas y los ciudadanos tenemos funciones específicas de protección del patrimonio ecológico entendido este como el conjunto ordenado naturalmente de elementos bióticos y abióticos que conforman el medio ambiente en que vivimos.

Según el documento Impactos Económicos del Cambio Climático en Colombia –Síntesis (DNP-BID, 2014) el cambio climático (CC) y las manifestaciones de climas extremos influirán significativamente en la producción agropecuaria y el transporte durante los próximos años, generando pérdidas anuales que en solo estos dos sectores, equivalentes al 0,5% del PIB. Igualmente importante es el efecto del CC sobre la zona costera de ambos océanos como consecuencia del ascenso del nivel del mar y la erosión costera. Los conflictos socio-ambientales y su impacto sobre la producción y la calidad de vida generados por el CC se han agudizado y multiplicado en todo el territorio (MADS/PNUD, 2014) haciendo urgente un cambio radical en la gestión ambiental del Estado y de los particulares para que el desarrollo pueda ser sostenible en términos sociales, económicos y ambientales.

Como lo señala la OCDE (2014) el actual proceso de desarrollo colombiano carece de sostenibilidad ambiental y equidad, se caracteriza por profundos desequilibrios territoriales. Avanzar en la sostenibilidad ambiental exige hacer de la gestión ambiental una prioridad para el Gobierno Nacional, los SE locales y globales deben considerarse, gestionarse y administrarse como determinantes en la estrategia de desarrollo.

Adicionalmente el Banco Mundial en las Notas de Política sobre Colombia (Septiembre, 2014) resalta “Los recursos naturales son la columna vertebral de la economía colombiana. En 2012, la agricultura, silvicultura y pesca representaron el 6,2 por ciento del PIB, mientras que la industria extractiva otro 7,7 por ciento. Sin embargo, una medida de la sostenibilidad ambiental de Colombia, el indicador de ahorro neto genuino, muestra que el ahorro nacional bruto, después de restar los costos de agotamiento de los minerales, los recursos naturales y la contaminación, fluctúa en torno a cero y está muy por debajo de la OCDE y los promedios regionales”.

Ambientalistas Colombianos: “El PND 2015-2018 debe llevarnos a un ahorro neto genuino positivo y esto exige cambios estructurales respecto a lo que fue el PND 2010-2014. No podemos seguir haciendo más de lo mismo. Debemos focalizarnos en el desarrollo sostenible y no en el indicador de corto plazo que se ha privilegiado, la alta tasa de crecimiento económico basada en el agotamiento de los recursos naturales y la alta contaminación, que hace insostenible el desarrollo y el bienestar en el mediano plazo”. 

Fuentes: Documento preliminar Estrategia ambiental para el PND 2015 -2018

Comunicaciones Ecodes Ingeniería

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