Uno de los
mercados más lucrativos del mundo es el tráfico de colmillos de elefante y rinocerontes.
Los animales salvajes en la mira de los negociantes y 30 mil elefantes
africanos que mueren cada año para satisfacer el negocio de la joyería.
Organizaciones como WWF (World Wide Fund for Nature) Fondo Mundial para la Naturaleza luchan
desaforadamente por reducir estas cifras alarmantes.
Según Bryan Christy, de la National Geographic , “el
marfil ilegal incautado representa apenas una fracción del volumen
contrabandeado y la cifra de decomisos se ha elevado, prueba de la existencia
de sindicatos contrabandistas organizados”.
En el período 1989-2011, fueron decomisados casi un
millón de kilos de marfil en 10 naciones asiáticas, con China como líder en las
estadísticas.
"Se gana mucho dinero y se arriesga poco".
Así resume Carlos Drews, director del programa internacional de especies de
WWF, el atractivo que para las organizaciones criminales tiene el tráfico de
especies. Según sostiene, este mercado mueve anualmente entre 13.000 y 20.000
millones de euros y ya genera más beneficios que el contrabando de armas.
La Convención sobre el Comercio Internacional de
Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) dice que Filipinas es
meramente una escala en la ruta del marfil destinado a China.
El vínculo entre marfil e iglesia es tan fuerte en
Cebú que el vocablo “ garing ” (marfil) también tiene la acepción de imagen
religiosa.
Este prelado dice que participar en el contrabando del
marfil es un acto de devoción, parte del sacrificio personal al Santo Niño.
El marfil religioso está presente también en la
galería Savelli, en la Plaza San Pedro (Vaticano).
Allí, un crucifijo de marfil se vende acompañado de la
bendición de un sacerdote del Vaticano.
Diego Fernando González
Comunicaciones Ecodes Ingeniería
Fuente: El mundo.es
WWF
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